“El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”
(Lucas 14, 1.7-14)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
En el marco de un banquete, Lucas recoge un par de enseñanzas de Jesús relacionadas con la elección de los primeros puestos la selección de los invitados.
En el evangelio, Lucas narra la enseñanza de Jesús, invitado a comer en la casa de uno de los jefes de los fariseos, que aprovecha la oportunidad para enseñar que en su comunidad no puede haber discriminaciones, sino que los discípulos deben caracterizarse por vivir y testimoniar con los demás el amor gratuito y misericordioso del Padre. Conociendo al Padre, puede concluir: <<Serás dichoso porque ellos no te pueden corresponder. En cambio recibirás tu recompensa en la resurrección de los justos>>
La Palabra hoy pone en manifiesto, el aspecto positivo de la humildad cuando acogemos de un modo sincero y animoso como actitud de vida: con ella y por ella se nos admite en el banquete del Reino. Nos invita a comportarnos sabiamente con sabiduría, venciendo el orgullo y creciendo en humildad.es esta una lección que solo podemos aprender de Jesús. En efecto tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús nos conduce ya a la felicidad: vivir con él y como él es nuestra bienaventurada alegría.
Oremos: Gracias, Señor porque nos impulsas a vivir una vida verdaderamente humana, rica para nosotros y para quien nos encuentra.
Recordemos: “El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”
Actuemos: Repite con frecuencia y vive hoy la palabra << ¡Dichoso tú si no pueden pagarte>> (Lucas 14,14)
Profundicemos: ¿Qué manera consiente o inconsciente hay en nuestro corazón que nos llevan a buscar siempre los primeros puestos?