
La palabra de hoy nos dice que Jesús enseñaba un sábado en la sinagoga. Comencemos entendiendo aquello que significa el sábado en tiempos Jesús, la sinagoga como lugar y enseñar como actitud. De nuevo las acciones de Jesús incomodan, en esta oportunidad al jefe de la sinagoga, ya que cura en sábado a una mujer que hacía 18 años estaba enferma a causa de un espíritu. En tiempos de Jesús, la enfermedad era considerada consecuencia de algún pecado cometido contra Dios. El Dios ofendido se vengaba en la carne del ofensor. Por eso al curar o sanar era tarea propia de sacerdotes a los que recurrían, para que a base de ritos, obligaran a los agentes maléficos a abandonar el cuerpo del enfermo. Detengámonos en las actitudes de Jesús, él la vio, la llamó y le dijo: “mujer quedas libre de tu enfermedad”, además le impuso las manos y enseguida se curó, se puso derecha, porque estaba encorvada. En el texto Lucas quiere hacer notar la diferencia que existe aquí entre una mujer que exclama, o le grita a Jesús, para pasar a una mujer que sin decir nada es sanada por Jesús, porque seguramente Jesús al verla sintió compasión de ella. Impacta esta escena donde Jesús es extremadamente sensible al sufrimiento y al dolor, al punto que el simplemente cura. La curación del cuerpo está unida a la salvación al alma, es decir, la curación física en Jesús, es siempre símbolo de una nueva vida interior.
Hoy Jesús nos enseña varias actitudes: Jesús se acerca a los enfermos por amor, siempre está cerca de ellos y ellos lo buscan y salen a su encuentro. En ocasiones son los enfermos que son llevados por sus familiares y amigos, o es Jesús quien se acerca a ellos y los llama. Jesús es compasivo: No discrimina al enfermo, el simplemente lo atiende, conoce su realidad, su dolor y participa de su sufrimiento. Jesús cura en la integralidad del ser humano, todo, se identifica plenamente en Mt 25, 36 dice: “estuve enfermo y me visitaron”. Jesús ve en lo más profundo. Tras el dolor, ve el pecado, el mal, es decir la ausencia de Dios, por eso Jesús al sanar los enfermos, quiere sanar sobre todo la herida profunda del pecado, sus curaciones traen al enfermo la cercanía de Dios. Jesús al sanar al enfermo desea el bien integral, físico y espiritual, tal como lo vemos en el evangelio de hoy, aunque sea sábado y haya una ley que lo prohíba.
Jesús Maestro, cúrame de la desconfianza que pueda tener de ti y de tu Palabra, te pido que me cures de todo pensamiento negativo, de mis traumas, fracasos y planes no cumplidos. Purifícame de toda tiniebla interior y cuida las heridas de mi corazón. Que tu paz, amor y misericordia guarden las acciones de este día. Amén.
Hoy lleva una palabra de aliento y esperanza a una persona que necesita ser sanada del corazón.
“Tu Palabra, Señor, es verdad; santifícanos en la verdad”.


