27 de Julio

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro del Éxodo 19, 1-2. 9-11. 16-20b

Aquel día, a los tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí; saliendo de Rafidín llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al monte. El Señor dijo a Moisés: “Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante”. Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho. Y el Señor le dijo: “Vuelve a tu pueblo, purifícalos hoy y mañana, que se laven la ropa y estén preparados para pasado mañana; pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo”. Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial Dn 3, 52-56

R.  A ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre, santo y glorioso / R.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria / R.

Bendito eres sobre el trono de tu reino / R.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos / R.

Bendito eres en la bóveda del cielo / R.

Aclamación antes del Evangelio (Cf. Mt 11, 25)

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17

“A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no”

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”. Él les contestó: “A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: ‘Oirán con los oídos sin entender; mirarán con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure’. ¡Dichosos sus ojos, porque ven, y sus oídos, porque oyen! Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron, y oír lo que oyen y no lo oyeron”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

¿Requiere asesoria? Activar chat

×