“La semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo”
(Mc 4, 27)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
La confianza en la providencia de Dios es uno de los valores centrales en nuestra vida espiritual. Sin embargo, muchas veces nos cuesta abrirnos a ella por nuestra falta de fe. Ella nace en nuestro corazón como regalo cuando abrimos nuestra vida a Dios y nos esforzamos por darle cabida: “Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo”. Solo de esta manera podremos como el hombre del evangelio, acostarnos y levantarnos en paz cada día, porque confiamos que Dios nos dará siempre lo necesario. Pidamos al Señor en este día la fe del granito de mostaza, para que todo cuanto hagamos o compartamos, por pequeño que sea, pueda crecer y fructificarse a favor de quienes nos rodean.
Reflexionemos: ¿Creemos que Dios es un padre providente que nos da aquello que más necesitamos?, ¿cómo podemos acrecentar más nuestra fe en Dios?
Oremos: Enséñanos, Señor, a creer que tu providencias todo aquello que más necesitamos para seguirte y hacer nuestra vida un don para los demás. Amén.
Recordemos: Dios en un Padre creador que nos ayuda a caminar y a crecer en nuestra experiencia de fe.
Actuemos: Pidamos al Señor en este día que nos ayude a confiar cada vez más en que Él nos da lo necesario para seguirlo, especialmente cuando lo buscamos con un corazón sincero.
Profundicemos: La confianza en Dios nace cuando abrimos nuestra vida a Él y lo escuchamos de manera especial en la oración (Libro: Desde lo íntimo del corazón).