26 de Noviembre

“Estén siempre despiertos”

(Lc 21, 36)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Con el evangelio de este día, llegamos al final del año litúrgico y del camino que hemos recorrido en torno a la Palabra de Dios durante este tiempo. Camino que nos deja como última recomendación el estar siempre despiertos y atentos, para hacer frente a todas las tentaciones que nos separan del proyecto de Dios como el vicio, la bebida y los agobios de la vida. Vigilancia que solo alcanzamos con la oración y la revisión constante de nuestra vida. Pidamos al Señor, que al finalizar este tiempo ordinario, podamos tomar mayor conciencia de la necesidad que tenemos cada día de vigilar los pensamientos, las actitudes y los sentimientos que brotan de nuestro interior para iluminarlos a la luz de su Palabra. Solo así, podremos hacer frente a las vicisitudes de la vida con fe y esperanza.

 

Reflexionemos: ¿Somos personas vigilantes?, ¿cómo podemos tomar mayor conciencia de nuestras actitudes y sentimientos?

 

Oremos: Danos, la capacidad, Señor, de ser personas atentas y vigilantes, no solo de aquello que acontece en nuestro interior, sino también a nuestro alrededor. Amén.   

 

Recordemos: Ser vigilantes, es esforzarnos por llevar a la vida de cada día, todo aquello que aprendemos en la Palabra de Dios.

 

Actuemos: Aprovechemos esta jornada para revisar que tanto vivimos la vigilancia de la que nos habla Jesús en el evangelio.

 

Profundicemos: La vigilancia nos lleva a ser personas libres y auténticas (Libro: Haciendo camino).

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