Ustedes, hermanos, saben muy bien que nuestra visita no fue inútil; a pesar de los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos, que ya conocen, apoyados en nuestro Dios, tuvimos valor para predicarles el Evangelio de Dios en medio de fuerte oposición. Nuestra exhortación no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, sino que, en la medida en que Dios nos juzgó aptos para confiarnos el Evangelio, así lo predicamos: no para contentar a los hombres, sino a Dios, que juzga nuestras intenciones. Bien saben ustedes que nunca hemos actuado ni con palabras de adulación ni por codicia disimulada, Dios es testigo, ni pretendiendo honor de los hombres, ni de ustedes, ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, podíamos haberles hablado con autoridad; por el contrario, nos portamos con delicadeza entre ustedes, como una madre que cuida con cariño de sus hijos. Los queríamos tanto que deseábamos entregarles no solo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque se habían ganado nuestro amor.
L: Palabra de Dios
T: Te alabamos, Señor
R. Señor, tú me sondeas y me conoces.
Señor, tú me sondeas y me conoces. Me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares / R.
No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda. Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco / R.
La Palabra de Dios es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón.
“Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello”
En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más grave de la ley: la justicia, ¡la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera”.
S: Palabra de Dios
T: Gloria a ti, Señor Jesús