25 de octubre

Caminando con Jesús

Caminar con Jesús permitió a los discípulos experimentar, de primera mano, la compasión y la gracia de Dios en acción. Caminar con Jesús hoy, no debería ser diferente. Su compasión y su gracia siguen disponibles para quien quiera experimentarlas.

“Si no se convierten, todos perecerán lo mismo”
(Lc 13, 1-9)

En esta ocasión la palabra de hoy, nos muestra como otros llegan a Jesús y le cuentan lo de los galileos. Recordemos que son habitantes de Galilea, lugar en el que Jesús inicio su ministerio, y así el autor narra algunos acontecimientos políticos de la época y riesgos naturales que son una invitación clara a la conversión. Jesús en dos momentos del evangelio de hoy repite la expresión: “Si no se convierten, todos perecerán lo mismo”. Jesús no condenó a los galileos por rebeldes, pero tampoco los considera unos héroes religiosos que podían salvar a la humanidad con su gesto de protesta. Para él se trataba de unos hombres que habían muerto aplastados por la desgracia de una situación política que amenazaba al pueblo, la desgracia de una civilización que puede aplastar a los que construyen. Ante esta realidad Jesús invita a la conversión, que significa estar abiertos al misterio del Reino como una entrega de amor para los otros. Ya al final de este diálogo con los galileos les cuenta una parábola en señal de respuesta, la parábola del viñador, en la que después de tres años sin dar fruto, piensan en cortar la higuera.

Reflexionemos:

El proceso de conversión personal y comunitaria implica paciencia y búsqueda para explorar nuevos caminos. Aunque el tema de hoy parece la conversión personal y comunitaria, hay un aspecto que define ese proceso, y es la paciencia en esperar el tiempo perfecto y con las condiciones necesarias para que se dé. En la respuesta del viñador podríamos encontrar hoy un criterio para el llamado a la conversión: “Señor, déjala todavía este año, mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, para ver si da fruto en adelante, si no, la puedes cortar”. En un año podrían pasar todas las estaciones aún las emocionales, el hecho de cavar alrededor es porque el abono no puede tocar la raíz, porque la mata se muere, así con paciencia por los tiempos y los resultados. Con amor y esperanza dejemos de añorar beneficios rápidos, resultados y garantías tangibles, la inmediatez y la rapidez con la cual queremos recoger los frutos de lo sembrado, hace que perdamos el horizonte del proceso normal de toda realidad humana.

Oremos:

Señor, hoy vengo a tu tierno Corazón, a ti que tienes palabras que encienden el mío, a ti que derramas compasión sobre los pequeños y los pobres, sobre los que sufren y sobre toda miseria humana. Deseo conocerte más, contemplarte en el Evangelio, estar contigo y aprender de ti y del amor con que te dejaste tocar por todas las formas de pobreza. Amén. (Papa León XIV)

Actuemos:

Identifica la planta de tu vida que debes cuidar y abonar para que nazcan buenos y santos frutos.

Recordemos:

“Quedan la fe, la esperanza, el amor: de estas tres, la más grande es el amor”.

Libro Recomendado

Camino al corazón

Saber más

Paulinas Colombia Ecuador
Calle 161 A No. 15 - 50 Bogotá - Colombia
Tel: +57 (601) 528 7444 
Cel: +57 313 887 1618
Correo: [email protected]
Cel: +57 315 345 7465

Conecta con nosotros en:

2025 Instituto Misionero Hijas de San Pablo - Paulinas
Paulinas Colombia
Todos los derechos reservados | web by nobacom.com
phone-handsetchevron-down