25 de Octubre

“Crece el grano y se hace arbusto”

(Lucas 13, 18-21)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Jesús nos presenta dos parábolas y con ella nos dice que el “reinado de Dios” se realiza en “lo pequeño” y en “lo oculto”. El grano de mostaza es de lo más pequeño que hay entre las simientes. Y sin embargo, de lo pequeño nace, crece y se hace arbusto y cobija a los pájaros del aire.  Lo que Jesús quiere destacar, mediante esta sencilla parábola, es la fuerza y la vitalidad que tiene lo pequeño, lo que parece insignificante, lo que no se ve y se queda oculto para siempre y no se le da importancia.

Lo mismo el grano de mostaza, que da la levadura, lo que destacan, en definitiva, es que Jesús quiere que el Evangelio se difunda cambiando lo interior de las personas. Jesús se identifica con la vida, sobre todo con la vida sencilla de los más sencillos, de los humildes. Porque eso es lo que cambia el corazón humano. Y lo que nos humaniza.

 

Reflexionemos: Descubre que estás cultivando hoy en tu huerto, si realmente son sentimientos y cualidades que crecerán para alcanzar el Reino de Dios.

 

Oremos: Señor, Jesús concédenos ser constantes en la predicación de tu reino, pero también pacientes, para que sepamos esperar con alegría que los frutos que tu esperas se vayan realizando en el mundo.

 

Recordemos: “Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas”.

 

Actuemos: Te pedimos que nos ayudes a descubrirte en las cosas sencillas y a ser conscientes del amor que nos brindas a través de ellas, para así poder vivir tu Reino en santidad desde este momento.

 

Profundicemos: El reino de Dios está escondido pero creciendo silenciosamente, y tiene lugar para todos los que deseen ir a él.

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