“Tú lo dices: soy rey”
(Jn 18 33b-37)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
“Pilato dijo a Jesús: ¿con que tú eres rey? Jesús le contestó: tú lo dices, soy rey, yo para esto he nacido y he venido al mundo, para ser testigo de la verdad, todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
Nos encontramos ante el brevísimo diálogo entre Jesús, maniatado, maltratado, ante el poderoso Pilato representante del imperio romano, a quien le hace entender, que su Reino no es de este mundo, por tanto, no al estilo que podría esperar un rey poderoso.
Jesús es rey, y ha venido para ser testigo de la Verdad, con mayúscula. Jesucristo es la Verdad, a quien debemos seguir los cristianos, desde la coherencia de vida, evitando la mentira y un seguimiento a medias.
Esforcémonos con la ayuda de Dios por ser personas sinceras y honestas, aunque tengamos que nadar contra corriente, a veces en medio de personas o una sociedad, que ha hecho de la mentira una forma de vida.
Preguntémonos: ¿Pedimos a Dios la fuerza para liberarnos de las mentiras que nos esclavizan?
Oremos: Señor Jesús, mi rey y salvador, ayúdame a ser una persona sincera, honesta, que hable siempre con la verdad y tenga en tu Palabra, mi mayor fuente de vida e inspiración. Amén.
Reflexionemos: Todo el que es de la Verdad, escucha mi voz. Queda claro, que vivir de la mentira y hacer de ella parte de nuestra manera de ser y obrar, es cerrar el oído del alma, que no nos permite escuchar a Jesús que es la Verdad.
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