“Nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre”
(Lucas 1, 57-66.80)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy celebramos la solemnidad del nacimiento de Juan Bautista. La Iglesia celebra dos nacimientos, el de Jesús en la noche de navidad y el de Juan Bautista, su primo y precursor. Encontramos primero el llamado a la vida, el nacer, así, como ha sido para cada uno de nosotros. No llegamos a la existencia por azar, el venir a la vida, a la luz es siempre el cumplimiento de un designio de amor, es Dios que me ha diseñado con amor en la palma de su mano. Y luego me da un nombre, como a Juan. Desde el seno materno pronuncio mi nombre. Juan significa don, gracia y amor de Dios. El primer don de Dios es mi existir y mi nombre y con Él una misión concreta en el mundo, amarlo y hacerlo amar.
Reflexionemos: El nombre de Juan, viene directamente de Dios, porque cada uno de nosotros y cada ser humano es un don, es gracia y es amor de él.
Oremos: Padre bueno, así como diste el nombre a Juan, así me has dado un nombre. Ayúdame a discernir y a descubrir a que misión me llamas con mi nombre. Amén.
Actuemos: Hoy preguntare a mis padres, o a quienes me conocen cual es el origen de mi nombre y pediré luz al Señor para descubrir la misión que él quiere que lleve adelante.
Recordemos: Su nombre es Juan y al punto se abrió su boca y su lengua y empezó a bendecir a Dios.
Profundicemos: El hombre es el prodigio del amor de Dios, de hecho él nos dice: ¡eres precioso a mis ojos, eres estimado y yo te amo! (Is, 43-4)