24 de Abril

Trabajen no por el pan que perece, sino por el PAN que dura hasta la vida eterna

 (Juan 6, 22 – 29)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Jesús nos dice en el evangelio de Juan, que ÉL es el pan, símbolo de la vida, el Hijo que ama al Padre y a los hermanos. Porque nuestra vida es básicamente el tejido de aquellas relaciones de amor que la hacen humana y vivible. ´´El que no ama permanece en la muerte, el que divide permanece en la muerte´´. Jesús se aplica a sí mismo las características del Pan, que es don del cielo y fruto de nuestro trabajo y sudor: el pan que es humilde, manejable, útil, apetecible, y disponible, siempre sabroso, fatigoso y alegre, fuerza para quienes lo asimilan y comunión entre quienes lo comemos.

 

Reflexionemos: Jesús hoy me pide buscar el pan que no termina. Me pregunto: ¿busco o me apego más al pan material haciéndolo centro de mi vida y no a Dios y a mis hermanos?

 

Oremos: Abre mi corazón Señor para recibir de ti a manos llenas el regalo de la fe, creer en la eucaristía, vivirla y compartirla con mis hermanos.

 

Recordemos: Dijo Jesús: Ustedes me buscan por haber comido el pan hasta quedar llenos, y no porque hayan creído en las obras que realizo.

                                                                                                                         

Actuemos: En este día acogiendo la Palabra de Dios y viviendo la eucaristía, hare una obra de caridad, compartiendo mi tiempo y mi pan, con quien más lo necesita. 

 

Profundicemos: Trabajemos, no por el pan que se acaba, sino por el PAN que dura hasta la vida eterna.

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