24 de abril

 

“Señor, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes palabras de vida eterna!” (Jn 6, 67)

 

A lo largo de estos días hemos escuchado como Jesús se define a sí mismo como el pan de vida. Enseñanza novedosa que no solo los judíos no podían comprender, sino también sus discípulos: “¡Qué enseñanza tan difícil! ¿Quién puede entenderla?”. Jesús percibe dicha incomodidad y confronta abiertamente su fe: “¿Esto los hace tropezar en la fe? ¿Y cuando vean al Hijo del hombre subir a donde estaba antes?”. La piedra de tropiezo para los discípulos está en el llamado que Jesús les hace de ser como él, alimento para los demás, lo cual les exige salir de sí mismos, para hacer de su vida una ofrenda constante en el servicio y el amor hacia los otros. Pero a su vez, los conforta al decirles que no lo harán por sus propias fuerzas sino gracias a la acción Espíritu Santo: “El Espíritu es el que da vida; la sola carne no sirve para nada”. Sin embargo, la poca fe de algunos hace que decidan abandonarlo y seguir otro camino. Al verlos marchar, Jesús pregunta al resto si quieren hacer lo mismo, pero Pedro afirma de manera clara que no, ya que creen que él, es el santo de Dios: “Señor, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes palabras de vida eterna!”. Presentemos al Señor en este día aquellas piedras que nos hacen tropezar en la fe y pidámosle que nos ayude a reconocer como Pedro, que solo en él, nuestra vida cobra sentido verdadero.

 

Reflexionemos:

¿Qué realidades nos hacen tropezar en nuestra experiencia de fe?, ¿reconocemos en Jesús la fuente que da sentido verdadero a nuestra existencia?

 

Oremos:

Ayúdanos, Señor, a fortalecer cada día nuestra experiencia de fe. A reconocer que solo en ti nuestra vida se renueva, cobra sentido verdadero y es capaz de ser alimento para todos aquellos que están a nuestro lado. Amén.

 

Recordemos:

Jesús nos invita a ser como él, alimento vivo para la humanidad.

 

Actuemos:

Salgamos al encuentro en este día de alguna persona que pase alguna necesidad y alimentémosla con nuestra escucha, ayuda y cercanía.

 

Profundicemos:

Como Jesús a través de nuestra vida, podemos alimentar la vida de quienes están a nuestro lado y ayudarlos a crecer en su experiencia de fe (Libro: El camino de la fe).

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