“Así tendrán ocasión de dar testimonio”
(Lc 21, 13)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Se acerca el final del año litúrgico y por ello, el evangelio de este día nos habla de la realidad de persecución que vivieron las primeras comunidades cristianas. Realidades que en lugar de desanimarlas o llevarlas a perder su fe, las reafirmaba mucho más en su seguimiento, al punto de reconocer en dichas situaciones adversas, medios para unir mucho más su vida a Cristo, confiar en su gracia y dar testimonio de Él: “Hagan propósito de no preparar su defensa, porque Yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario de ustedes”. Pidamos al Señor, en este día, la capacidad de aprender a vivir con mayor fe las contrariedades y los sufrimientos que la vida a diario nos presenta. Así mismo, reconocer en ellas una valiosa oportunidad para confiar en Dios y abandonarnos en su gracia.
Reflexionemos: ¿Cómo vivimos las contrariedades y los sufrimientos?, ¿reconocemos la presencia de Dios en ellos?
Oremos: Enséñanos, Señor, a vivir con fe y esperanza las adversidades. A reconocer que tu gracia nos ilumina, fortalece y acompaña. Amén.
Recordemos: Dios nos fortalece en las dificultades.
Actuemos: Confiemos en este día al Señor las realidades de sufrimiento o persecución que vivimos.
Profundicemos: La oración es el medio eficaz que nos ayuda a reconocer y a experimentar como Dios nos fortalece en las dificultades (Libro: Un salmo diario para nuestra vida).