“Decían que no estaba en sus cabales”
(Mc 3, 21)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
En la cultura y el tiempo de Jesús, era habitual que un hombre al llegar a la etapa adulta se casara, formara una familia y velara por el bienestar de los suyos. Pero Jesús no siguió este camino, sino que eligió un estilo de vida diferente desprovisto de toda clase de seguridad material o humana, para llevar adelante el proyecto que el Padre le había confiado. De allí, que para los familiares de Jesús, como lo narra el evangelio de este día no haya sido fácil aceptar su manera de actuar: “Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales”. Pidamos al Señor, que abra cada vez más nuestro corazón a aquellas personas que nos cuesta aceptar por su estilo de vida o su forma de proceder. Que antes de juzgarlas, nos demos la oportunidad de conocer mucho más sobre su realidad personal o familiar.
Reflexionemos: ¿Juzgamos a los demás por sus apariencias?, ¿qué enseñanza nos deja el estilo de vida de Jesús?
Oremos: Enséñanos, Señor, a vivir como tú, desprendidos de toda seguridad material o humana. Que de tu mano aprendamos a confiarnos siempre en las manos amorosas del Padre. Amén.
Recordemos: Jesús nos enseña con su vida a poner toda nuestra confianza en Dios.
Actuemos: Meditemos en esta jornada cuáles son aquellas actitudes que nos impiden acoger con mayor apertura y disponibilidad el estilo de vida de Jesús.
Profundicemos: Acoger a los demás como Jesús implica ante todo un camino de aceptación y tolerancia (Libro: Sánate interiormente. Dios te creó para ser feliz).