
El evangelio de Mateo en este día nos cuenta como María concibe en su vientre a Jesús sin todavía vivir con José. Realidad que pone su relación en aprietos, y que lleva a san José a querer rechazar a María en secreto. Ante esta realidad, Dios rompe su silencio y envía a su mensajero para que ayude a José a comprender el gran misterio del cual, tanto él como María, serían partícipes: “José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Las palabras del ángel ayudan a José a comprender la misión que Dios le preparaba y lo alienta a compartirla junto a María. De igual manera, en nuestra vida pueden suceder acontecimientos que nos desarman o cambian nuestros planes por completo. Pidamos al Señor, en este día que, ante ellos, no perdamos nunca la confianza y aprendamos a reconocer las mediaciones a través de las cuales Dios nos habla y nos acompaña en el camino.
¿Qué enseñanza nos deja la acogida que José tiene con María para nuestra vida?
Señor, Jesús, no permitas que los grandes desafíos que la vida me presenta me impidan reconocer el rostro de Dios que me guía y acompaña. Que como san José aprenda siempre a confiar y a esperar la manifestación de la voluntad de Dios. Amén.
Dios nunca se calla, ni nos abandona. Él nos habla y manifiesta su voluntad a través de las personas que pone en el camino y las experiencias que vivimos. Solo nos pide saber esperar y confiar.


