“Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor”
(Mt 1, 24)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy como Iglesia recordamos con gran alegría a san José, padre adoptivo de Jesús y esposo fiel de la Virgen María. Por eso, el evangelista Mateo nos invita a recordar el momento en que Dios le pide tomar por esposa a María. Momento que pone a prueba su fe, pero que gracias a su fidelidad y confianza, Dios a través del ángel sale a su encuentro para mostrarle su voluntad: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo”. Como José podemos ser probados cada día en las relaciones que vivimos con los demás y caer en la tentación de juzgarlos por sus actitudes o apariencias. Pidamos al Señor en este día la gracia de ser personas justas y dejarnos conducir por su Santo Espíritu para reconocer lo bueno que hay en quienes nos rodean.
Reflexionemos: ¿Qué enseñanza nos deja la actitud de san José hacia María?, ¿somos personas justas y comprensivas?
Oremos: Ayúdanos, Señor, como san José a ser personas buenas, justas y solidarias, capaces de reconocer a cada momento lo bueno que los demás pueden ofrecernos. Amén.
Recordemos: Como san José también nosotros estamos llamados a acoger a María en nuestra vida.
Actuemos: Aprovechemos este día para revisar nuestra vida y preguntarnos si tendemos a jugar a los otros por sus apariencias o actitudes antes de conocerlos.
Profundicemos: San José nos enseña con su vida la importancia de acoger fe en nuestra vida la voluntad de Dios (Libro: San José. Una santidad vivida en lo cotidiano).