“Sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de Dios” (Mt 18, 10)
En este día en que celebramos la fiesta de los ángeles custodios, la liturgia nos lleva a reconocer la importancia que estos seres espirituales tienen para nuestra vida de fe: “Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. Respétalo y obedécelo”. Los ángeles no solo nos guían, asisten, aconsejan y acompañan en el camino de la vida, sino que también nos comunican el rostro amoroso de Dios que contemplan en el cielo: “Sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de Dios”. Aprovechemos esta jornada para invocar su presencia y reconocer todo lo bueno que ellos obran en nuestra existencia. Así mismo, encomendémonos bajo su protección y pidámosle la gracia que guíen siempre nuestros pasos hacia Dios.
Reflexionemos:
¿Cómo acogemos en nuestra vida la presencia de los ángeles custodios?, ¿nos encomendamos a ellos?
Oremos:
Gracias, Señor, por confiarnos desde nuestra más tierna infancia, al cuidado de los ángeles de la guarda. Ayúdanos a invocarlos siempre y contar con su guía y sus consejos. Amén.
Recordemos:
Dios nos guía, aconseja y acompaña a través de los ángeles custodios.
Actuemos:
Agradezcamos al Señor en este día, por las luces e inspiraciones que nos comunica cada día a través de sus ángeles custodios.
Profundicemos:
Los ángeles son compañeros de camino en nuestro encuentro con Dios (Libro: Ángeles. Historias y oraciones).