“Todo lo que quieran que les hagan los demás, háganselo ustedes a ellos”
(Mt 7, 12)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
La confianza es uno de los valores que estamos llamados a cultivar cada día como seres humanos, especialmente frente a cada uno de los proyectos o tareas que emprendemos o realizamos. Hoy Jesús, nos recuerda en su Palabra, que la mayor relación de confianza que podemos establecer es con Dios Padre, ya que Él sabe mucho más que nosotros aquello que necesitamos. Así mismo, que dicha confianza no es pasiva, sino que requiere también de parte nuestra: “Pidan y recibirán; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y les abrirán”. Pidamos al Señor, en este día que renueve en nosotros la confianza no solo en el amor providente del Padre, sino también en las personas con las que compartimos a diario nuestra existencia.
Reflexionemos: ¿Cómo alimentamos nuestra confianza en Dios?, ¿ponemos de nuestra parte para alcanzar aquello que necesitamos?
Oremos: Gracias, Señor, por motivarnos cada día a vivir una fe activa y consciente, capaz de salir de nuestras zonas de confort, para salir a pedir, buscar, recibir y encontrar soluciones a lo que necesitamos. Amén.
Recordemos: Dios nos invita a cultivar una fe activa, audaz y comprometida con la realidad.
Actuemos: Meditemos en esta jornada la manera cómo vivimos nuestra fe, si lo hacemos de manera pasiva o si ponemos de parte nuestra para ir al encuentro de las personas y las oportunidades que necesitamos.
Profundicemos: La confianza abre nuestra vida a relaciones sanas, sinceras y solidarias (Libro: Creciendo en familia).