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2 de Marzo

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro de Ester 4, 17 n. p-r. aa-bb. gg. hh

La reina Ester, angustiada por el peligro mortal que amenazaba a su pueblo, recurrió al Señor. Se postró en tierra con sus criadas, de la mañana a la tarde, y dijo: “Bendito eres, Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Ven en mi ayuda, que estoy sola, y no tengo otro defensor fuera de ti, Señor, y me encuentro en gran peligro. Yo, Señor, he oído leer en los libros de nuestros mayores que tú siempre libras a los que son de tu agrado. Ayúdame ahora a mí, desamparada, y sin nadie fuera de ti, Señor, Dios mío. Ven en auxilio de esta huérfana, ayúdame a encontrar las palabras acertadas cuando me enfrente al rey; haz que esa fiera me reciba con benevolencia, y que se ensañe, no ya en nosotros, sino en Amán nuestro perseguidor, para que él y sus cómplices sean exterminados. Líbranos así de nuestros enemigos, y convierte nuestro llanto en alegría y nuestro sufrimiento en salvación”.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 137, 1-3. 7cd. 8bc

R. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste las palabras de mi boca; delante de los ángeles tañeré para ti; me postraré hacia tu santuario / R.

Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera tu fama. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma / R.

Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos / R.

Aclamación antes del Evangelio (Sal 51, 12a. 14a)

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, devuélveme la alegría de tu salvación.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12

“Todo el que pide recibe”

En el sermón de la montaña dijo Jesús: “Pidan y recibirán; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y al que toca a la puerta le abren. Supongamos que a alguno de ustedes le pide pan su hijo; ¿le va a dar una piedra? Y si le pide un pescado, ¿le va a dar una serpiente? Ustedes, pues, por malos que sean saben regalar cosas buenas a sus hijos. Con mucha más razón su Padre que está en el cielo concederá sus dones a quienes se los pidan. Todo lo que quieran que les hagan los demás, háganselo ustedes a ellos; eso es lo que mandan la Ley y los Profetas”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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