“Amen a sus enemigos”
(Mateo 5, 44)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Han oído ustedes que se dijo. Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo yo en cambio les digo amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian y rueguen por los que les persiguen.
Este mandato evangélico de Jesús sobre el amor al enemigo, no es fácil de aceptar ni de vivir. Sin embargo, es el amor el que nos hace más humanos, el rencor y deseos de venganza, el ojo por ojo y diente por diente nos deshumanizan. La violencia solo genera violencia. Amen a sus enemigos y recen por los que les persiguen, así serán hijos del Padre que está en el cielo, que hace salir el sol, sobre malos y buenos.
Reflexionemos: Estamos habitados por el Espíritu de Dios, somos templo de Dios. La vivencia del amor nos permite practicar la justicia y no devolver mal por mal. ¿Hemos caído en la cuenta que hacer el bien nos hace bien?
Oremos: Te pedimos Señor, para que, en el día a día, con tu ayuda, seamos constructores de paz, y con nuestro actuar digamos no a la violencia. Amén.
Recordemos: Han oído ustedes que se dijo. Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo yo en cambio les digo amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian y rueguen por los que les persiguen.
Actuemos: Al mal le venceré haciendo el bien.
Profundicemos: Bendice alma mía al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía al Señor, y no olvides sus beneficios. Sal 102 (Libro: El Espíritu Santo en nuestra vida).
