“Jacob fue el padre de José, el esposo de María, la madre de Jesús, llamado Cristo” (Mt 1, 16)
Hoy el evangelio de san Mateo nos remite a los orígenes históricos de Jesús. A través de una larga genealogía remonta la descendencia de Jesús hasta Abrahán, el padre de la fe y de la Alianza de Dios con el pueblo de la promesa. Así mismo, a través de José muestra la vinculación que Jesús tiene con el linaje del rey David. Ambas figuras, Abrahán y David, resultan claves en la genealogía ofrecida por Mateo para mostrar en Jesús el cumplimiento de las promesas mesiánicas de Dios a su pueblo. Dicha genealogía tiene como fin mostrar como la historia de Israel tiene su culmen en Jesús. La genealogía de Jesús en este tiempo de Adviento, nos lleva también a preguntarnos por nuestros orígenes, a reconocer los vínculos que nos unen a nuestros padres, abuelos, así como los rasgos y los valores que hemos heredado de ellos y nos identifican como miembros de una familia. Pidamos al Señor, en este día la gracia de reconocer también los valores que nos identifican como miembros de la familia de Dios.
Reflexionemos:
¿Qué valores identifican nuestra familia?, ¿nos sentimos parte de la familia de Dios?
Oremos:
Gracias, Señor, por darnos una familia en la cual crecer y aprender los valores esenciales para la vida. Gracias por los vínculos que establecemos con ellos y por la identidad que nos das. Ayúdanos a descubrir las raíces y los valores que como familia nos unen a ti. Amén.
Recordemos:
Nosotros también formamos parte de la familia de Dios.
Actuemos:
Elaboremos en este día nuestro árbol familiar y agradezcamos a Dios por los valores que identifican nuestra familia.
Profundicemos:
Jesús nace en nuestra vida para llenarla de esperanza y mostrarnos con su amor la alegría de compartir aquello que somos y tenemos con los demás (Libro: Novena de Navidad. Unidos en la esperanza).