17 de abril

 

“¡Soy yo! ¡No tengan miedo!” (Jn 6, 20)

 

En medio de la realidad actual de enfermedad que vivimos por el coronavirus el Resucitado sale a nuestro encuentro para ayudarnos a enfrentar con fe y esperanza, las diferentes tormentas que esta crisis ha desatado al interior de nuestras familias y comunidades. Tal vez como los discípulos, el temor y la angustia no nos han dejado reconocer, que pese a los fuertes vientos que soplan sobre nosotros, Jesús camina a nuestro lado y nos llama a la confianza: “¡Soy yo! ¡No tengan miedo!”. Pidamos al Señor, en este día, la gracia de aprender a confiar mucho más en él en este tiempo de pandemia y reconocer su presencia en los gestos de comunión y solidaridad que a diario recibimos de los demás. Así mismo, pidámosle la capacidad de aprender a reconocer en la circunstancia actual, los signos de vida nueva que el resucitado ha despertado en nosotros como la comunión, la solidaridad universal, el aprecio por nuestros seres queridos,  el valor de la vida, la salud, el estudio, el trabajo.

 

Reflexionemos:

¿Qué signos de esperanza o vida nueva ha despertado en nosotros la pandemia?, ¿cómo podemos fortalecer nuestra confianza en Dios en este tiempo de Pascua?

 

Oremos:

Sal a nuestro encuentro, Señor, en los momentos de mayor angustia, duda o dificultad que vivimos por la pandemia. Ayúdanos a dialogar con los temores que nos impiden abrazar nuestro presente con mayor fe y esperanza. Amén.

 

Recordemos:

El Resucitado sale a nuestro encuentro para animar y fortalecer nuestra confianza.

 

Actuemos:

Llamemos en este día a alguno de nuestros familiares o conocidos para escucharlos y animarlos a superar estos momentos con cuidado y confianza.

 

Profundicemos:

Muchos de los temores que vivimos tienen origen en realidades personales que podemos conocer, trabajar y superar de la mano de Dios (Libro: Quiero y puedo controlar mis miedos).

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