“Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres”
(Lc 8, 1-2)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Las mujeres ocuparon un lugar importante en la misión de Jesús tal como lo narra el evangelio de este día. Ellas no solo lo acompañaban en la misión, sino que también le ayudaban con sus bienes. Lucas nos permite conocer el nombre y la identidad de tres de ellas: “María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana”. Seguimiento que para el tiempo de Jesús constituía toda una novedad, ya que las mujeres eran poco valoradas y su importancia radicaba más en su capacidad reproductiva, que en su predicación. Jesús al permitirles caminar a su lado, les confiere la dignidad de discípulas y abre para ellas, un estilo de vida diferente marcado por el amor, el servicio, la enseñanza y la ayuda a los más necesitados. Pidamos al Señor en este día por las mujeres que forman parte de nuestra Iglesia, quienes muchas veces son poco valoradas, para que a la luz de la misión a la que han sido llamadas en el seno de sus familias o comunidades, sean cada vez más reconocidas.
Reflexionemos: ¿Qué nos enseña el protagonismo que Jesús da a la mujer en su seguimiento?, ¿valoramos las enseñanzas y los esfuerzos que las mujeres realizan en nuestra Iglesia?
Oremos: Gracias, Señor, por la presencia y la misión de la mujer en la vida de la Iglesia. Enséñanos a valorar y reconocer mucho más, su entrega, su fe y sus esfuerzos. Amén.
Recordemos: Jesús otorga un lugar protagónico a la mujer en su seguimiento.
Actuemos: Demos gracias al Señor en este día por aquellas mujeres que nos han formado y ayudado a crecer y madurar en nuestra experiencia de fe.
Profundicemos: La mujer con su vida, presencia y vocación, enriquece la vida de fe de nuestra Iglesia (Libro: Carta a las mujeres).
