
Jesús advierte a sus discípulos que la fe verdadera se prueba en medio de dificultades: persecuciones, engaños y momentos de incertidumbre. Pero, al mismo tiempo, les da una promesa firme: Él mismo les dará la fuerza y la sabiduría para dar testimonio, y quienes perseveren en la fe alcanzarán la salvación. Este evangelio nos recuerda que, aunque el mundo se sacuda, nuestra esperanza está en Cristo, quien nunca abandona a los suyos. La perseverancia en la fe es el camino seguro para alcanzar la vida eterna. Dediquemos un momento en el día para pedir fortaleza para quienes sufren persecución por su fe. Testimoniemos a Cristo con palabras y obras, especialmente en tiempos de dificultad o conflicto.
¿Qué situaciones en mi vida han puesto a prueba mi fe y mi confianza en Jesús? ¿Cómo reacciono ante las crisis: con miedo o con la certeza de que Dios camina conmigo? ¿De qué manera puedo dar testimonio de mi fe en los momentos difíciles?
Jesús Maestro, cuando el miedo y la incertidumbre me rodeen, dame un corazón firme que confíe en tu palabra. Hazme testigo valiente de tu amor, y ayúdame a perseverar hasta el final, sabiendo que en ti está mi fuerza y mi salvación. Amén.


