
En el evangelio de hoy Jesús nos invita a estar siempre vigilantes y preparados, porque el encuentro definitivo con Él llegará cuando menos lo esperemos. Como en los días de Noé o de Lot, muchos viven distraídos en sus rutinas, sin abrir el corazón a Dios. El Señor nos recuerda que lo más importante no son las cosas materiales ni nuestras seguridades, sino vivir cada día en su gracia y con un corazón libre para responderle. Este Evangelio nos llama a no apegarnos a lo que pasa y a confiar en que quien pierde su vida por Cristo, la ganará para siempre. El verdadero discípulo vive preparado, con el corazón libre y confiado en el Señor.
¿Qué cosas me están distrayendo y no me dejan vivir atento a la presencia de Dios?¿Estoy preparado para recibir al Señor si viniera hoy a mi encuentro?
Jesús Maestro, ayúdame a vivir con un corazón vigilante y confiado. Libérame de los apegos que me alejan de ti. Que cada día de mi vida esté listo para encontrarte. Señor, enséñame a poner mi seguridad en ti y no en lo que pasa. Haz que cada día viva con amor y fidelidad, esperando tu encuentro. Amén.


