14 de junio

 

“No hagan frente al que los agravia” (Mt 5, 39)

 

Como seres humanos, una de las actitudes que más nos cuesta es acoger de manera serena o pacífica las ofensas o los agravios que recibimos de los demás. Hoy Jesús nos invita a mirar nuestras relaciones y a iluminarlas desde los valores del Reino,  cambiando la venganza, el odio, la indiferencia, por el amor, la reconciliación y el servicio: “Si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas”. Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de aprender a salir cada vez más de nosotros mismos y transformar las actitudes que nos llevan a querer devolver a los demás, el mal que nos hacen. Que conscientes de las cualidades y las capacidades que tenemos, aprendamos a defender la vida y nuestros derechos, acogiendo al otro con misericordia y abriendo camino a la reconciliación.

 

Reflexionemos:

¿Cómo afrontamos los conflictos que vivimos?, ¿qué enseñanza nos deja la invitación que nos hace hoy Jesús de no enfrentar a quienes nos agravian?

 

Oremos:

Enséñanos, Señor, a adentrarnos en la lógica de tu amor que nos invita a no devolver el mal que nos hacen. Danos la capacidad de ser personas abiertas al diálogo, el respeto, la escucha y la reconciliación. Amén.

 

Recordemos:

Jesús nos invita a mirar y acoger a quienes nos ofenden con misericordia.

 

Actuemos:

Abramos en esta jornada nuestro corazón al perdón, reconciliándonos con nuestros familiares que tengamos alguna diferencia.

 

Profundicemos:

El perdón abre camino a la reconciliación y nos lleva a reconocer los valores que los demás pueden aportarnos (Libro: El perdón sana y reconcilia).

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