14 de enero

“No he venido a llamar justos, sino a los pecadores”

(Mc 2, 17)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

El evangelio de este día nos pone en contacto con la vocación de Leví o Mateo. Momento trascendental que cambió para siempre su existencia y la abrió hacia nuevos horizontes. Jesús toma la iniciativa de buscar a Leví y llegar hasta el lugar donde trabajaba. Al verlo, fija tiernamente su mirada en él y pese a su oficio, lo llama a ser su discípulo. Interés que hace que Leví responda con prontitud a su llamado y tomé la decisión de levantarse de la mesa de la recaudación y con ello, denotar su deseo de cambiar de vida. También hoy Jesús pasa por nuestros hogares, lugares de trabajo, para envolvernos con su mirada y renovar en nosotros el llamado a seguirlo. Aprovechemos esta jornada para encontrarnos con él, abrirle las puertas de nuestro corazón y reconocer como queremos responder a su llamado.

 

Reflexionemos: ¿En qué momentos nos hemos sentido mirados y amados por Jesús?, ¿qué realidades necesitamos dejar atrás para seguirlo con mayor disponibilidad?

 

Oremos: Necesitamos, de tu mirada, Señor, para reconocer lo bueno que tenemos y lo mucho que podemos dar y entregar a los demás. Amén. 

 

Recordemos: La mirada de Jesús transforma nuestra vida.

 

Actuemos: Dejémonos mirar por Jesús y llenarnos con su ternura.  

 

Profundicemos: Sentirnos mirados por Jesús, es experimentar la alegría de ser amados por Dios y destinados a ser continuadores de su misión (Libro: Cuando me enamoré, te puse en primer lugar).

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