“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
(Juan 14, 1-6)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Vimos en el evangelio que cuando Jesús comenzó a hablar a los discípulos de su muerte, ellos se pusieron muy tristes; entonces Él para consolarlos dijo: No se inquiete su corazón. Crean en Dios y crean en mí…; me voy pero vendré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes”.
Estas palabras de Jesús nos revelan lo más hermoso de su misterio: muerte, resurrección, ascensión gloriosa a la casa del Padre e infusión del Espíritu Santo; misterio inefable del amor de Dios en el que también nosotros estamos involucrados; porque Jesús fue enviado a este mundo para llevarnos a todos al Padre. Por ello Jesús concluye diciendo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; Nadie va al Padre sino por mí”.
Hermanos en Jesús somos hijos amados de Dios;¡qué dignidad tan grande; lo que Jesús es por naturaleza divina, tú y yo, todos lo somos por gracia: llamados a reproducir el modo de vivir de Jesús Hijo eterno de Dios.
Preguntémonos: ¿Qué sentimientos despierta en tu corazón esta hermosa realidad?¿Que te pide el Señor? María, ayúdanos a seguir los pasos de Jesús.
Oremos: Maestro bueno, que eres el Camino, la Verdad y la Vida haz que te conozcamos, sigamos y amemos cada día un poquito más. Te lo pedimos por medio de María tu madre santísima. Amén.
Recordemos: “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a prepararles un lugar”
Actuemos: En los momentos de oscuridad, dificultad o desánimo, invoco con plena confianza la protección y ayuda de la Virgen María, nuestra madre e intercesora ante Dios.
Profundicemos: «A María, nuestra Madre, le demostraremos nuestro amor trabajando por su Hijo Jesús, con Él y para Él» Santa Teresa de Calcuta
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