“Tengan valor: Yo he vencido al mundo”
(Jn 16, 29-33)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Ayer domingo celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor al Cielo y así hemos iniciado le séptima y última semana del tiempo Pascual, que terminará el domingo que viene con la solemnidad de Pentecostés. En el día de hoy san Juan nos presenta los últimos versículos de los discursos de despedida de Jesús. Con la Pascua ya próxima y la actuación del Espíritu Santo los discípulos empiezan a comprender la verdadera identidad de Jesús, que antes estaba nublada por la ceguera e incomprensión de ellos; Jesús es el revelador, es el único intérprete de Dios, es el enviado del Padre, es el que ha bajado del cielo, es el que testimonia el amor de Dios, es el servidor y esclavo de todos, es quien ofrece la salvación al mundo. La misión de Jesús y la fe, son la clave de todo el Evangelio de Juan: la fe, no siempre da éxito; Jesús en la cruz no es un exitoso, sino un fracasado para el mundo y sin embargo nos dice: “tengan valor, yo he vencido al mundo”.
Reflexionemos: A Dios rogando y con el mazo dando, dice el dicho. Jesús mismo nos advierte que no será fácil para el creyente, tendrá que luchar para perseverar en su fe, pero Dios siempre le dará el valor.
Oremos: Señor Jesús, ayúdanos a asumir con coraje las luchas cotidianas y las pruebas de la fe. Amén.
Actuemos: Hoy haré un examen de conciencia, ¿estoy dispuesto a defender mi fe, mis principios, mis valores, mi hogar, mi familia, mi trabajo?, ¿por quién estoy dispuesto a luchar?
Recordemos: Les he hablado de esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán luchas pero tengan valor: Yo he vencido al mundo”.
Profundicemos: Está con nosotros el Rey de Reyes, el Resucitado, él ha vencido el mal, él es nuestra fuerza, nuestro valor, en nuestras luchas cotidianas. Tengamos Fe.
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