“Se puso a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros” (Mt 11, 20)
En el evangelio de este día, Jesús reprocha fuertemente a las ciudades de Betsaida y Corozaín por su falta de conversión y por cerrarse a la acción de Dios: “¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza”. Ciudades judías en las que Jesús pese haber obrado muchos milagros, sus habitantes no escucharon ni acogieron su poder salvador. De esta manera Jesús denuncia el rechazo que Israel hace a sus enseñanzas y a su predicación en contraste con las ciudades paganas de Tiro, Sidón y Sodoma: “Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy”. Como los habitantes de Betsaida y Corozaín nosotros también podemos cerrarnos a la acción de Dios en nuestra vida y no reconocer los milagros que a diario obra en nosotros. Pidámosle al Señor en este día la gracia escuchar con docilidad los llamados que nos hace a través de su Palabra y la disposición de corazón para transformar todo aquello que es contraria a ella.
Reflexionemos:
¿Reconocemos los llamados que el Señor nos hace a diario para convertirnos?, ¿cómo podemos abrir mucho más nuestra vida a la acción de Dios?
Oremos:
Danos, Señor, la capacidad de aprender a reconocer tu acción salvadora en nuestra vida. De ser personas dóciles a tu Palabra y transformar desde ella, las diferentes realidades que vivimos y nos separan de ti. Amén.
Recordemos:
Dios siempre nos llama a la conversión.
Actuemos:
Aprovechemos esta jornada para pedir perdón al Señor por las veces en que no hemos reconocido su acción en nuestra vida.
Profundicemos:
Cada día el Señor nos regala una valiosa oportunidad para cambiar nuestra vida y unirla mucho más a él (Libro: Reflexiones en el camino. Para armonizar tu vida).