“Den limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo” (Lc 11, 41)
En el evangelio de hoy, un fariseo invita a cenar a Jesús a su casa. Hecho inusual, por la tensión que él vivía con este grupo religioso. Sin embargo, aprovecha la ocasión para compartir con él y enseñarle una nueva manera de vivir los rituales de pureza y su relación con Dios: “Ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo”. Como los fariseos nosotros también podemos caer en la tentación de vivir una espiritualidad vacía que se centra solo en preocupaciones rituales o externas y deja de lado el amor, la compasión y el servicio que estamos llamados a tener hacia los demás. Pidamos al Señor, en este día, la capacidad de aprender a mirar nuestro corazón y reconocer aquellas actitudes que necesitamos transformar, para vivir con mayor autenticidad nuestro seguimiento.
Reflexionemos:
¿Vivimos una espiritualidad vacía o centrada en nuestros intereses?, ¿examinamos constantemente nuestro interior?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a examinar cada día nuestro interior para reconocer todo aquello que brota de él. Danos la capacidad de orientar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones cada día desde tu Palabra. Amén.
Recordemos:
Examinar cada día nuestro interior, nos ayuda a purificar todo lo bueno y lo malo que brota de él.
Actuemos:
Examinemos este día nuestros pensamientos, acciones y sentimientos; y miremos si han sido conformes a la voluntad de Dios.
Profundicemos:
Conocer nuestro interior no solo nos ayudará a transformar nuestras actitudes, sino también a sanar el corazón (Libro: Sánate interiormente. Dios te creó para ser feliz.).
