12 de octubre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura de la Profecía de Malaquías 3, 13-20a

“Sus discursos son arrogantes contra mí –oráculo del Señor–. Ustedes objetan: ‘¿Cómo es que hablamos arrogantemente?’. Porque dicen: ‘No vale la pena servir al Señor; ¿Qué sacamos con guardar sus mandamientos?; ¿para qué andamos enlutados en presencia del Señor de los ejércitos? Al contrario: nos parecen dichosos los malvados; a los impíos les va bien; tientan a Dios, y quedan impunes’. Entonces los hombres religiosos hablaron entre sí: ‘El Señor atendió y los escuchó’. Ante Él se escribía un libro de memorias a favor de los hombres religiosos que honran su nombre. Me pertenecen –dice el Señor de los ejércitos– como bien propio, el día que yo preparo. Me compadeceré de ellos, como un padre se compadece del hijo que lo sirve. Entonces verán la diferencia entre justos e impíos, entre los que sirven a Dios y los que no lo sirven. Porque miren que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir –dice el Señor de los ejércitos–, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 1, 1-4. 6

R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche / R.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto a su tiempo y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin / R.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal / R.

Aclamación antes del Evangelio (Cf. Hch 16, 14b)

Ábrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13

“Pidan y se les dará”

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos: “Si alguno de ustedes tiene un amigo, y viene durante la media-noche para decirle: ‘Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Y, desde dentro, el otro le responde: ‘No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo es-tamos acostados; no puedo levantarme para dártelos’. Si el otro insiste llamando, yo les digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre ustedes, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿Cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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