12 de noviembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del Libro de la Sabiduría 6, 12-16

Radiante e inmarcesible es la sabiduría, la ven con facilidad los que la aman y quienes la buscan la encuentran. Se adelanta en manifestarse a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa, pues la encuentra sentada a su puerta. Meditar sobre ella es prudencia consumada y el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones. Pues ella misma va de un lado a otro buscando a los que son dignos de ella; los aborda benigna por los caminos y les sale al encuentro en cada pensamiento.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 62, 2-8

R. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua / R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios / R.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré de manjares exquisitos, y mis labios te alabarán jubilosos / R.

Segunda Lectura

Lectura de la Primera Carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18

No queremos que ignoren, hermanos, la suerte de los difuntos para que no se aflijan como los que no tienen esperanza. Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual modo Dios llevará con él, por medio de Jesús a los que han muerto. Esto es lo que les decimos apoyados en la palabra del Señor: nosotros, los que quedemos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que hayan muerto; pues el mismo Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar; después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos entre nubes al encuentro del Señor, por los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consuélense, pues, mutuamente con estas palabras.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio (Mt 24, 42. 44)

“Estén en vela y preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre”.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13

Llega el esposo, salgan a su encuentro

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: ‘¡Que llega el esposo, salgan a su encuentro!’. Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: ‘Dennos de su aceite, que se nos apagan las lámparas’. Pero las prudentes contestaron: ‘¿Por si acaso no hay bastante para ustedes y nosotras, mejor es que vayan a la tienda y se lo compren’. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero él respondió: ‘En verdad les digo que no las conozco’. Por tanto, velen, porque no saben el día ni la hora”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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