12 de agosto

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 4-13

Moisés habló al pueblo, diciendo: “Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales. Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que juró a tus padres –a Abrahán, Isaac y Jacob– que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, comerás hasta hartarte. Pero, cuidado: no olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud. Al Señor, tu Dios, temerás, a Él solo servirás, solo en su nombre jurarás”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 17, 2-4. 47. 51ab

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador / R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos / R.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido / R.

Aclamación antes del Evangelio (Cf. 2 Tm 1, 10)

Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 14-20

“Si tuvieran fe, nada les sería imposible”

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: “Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques; muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo”. Jesús contestó: “¡Generación perversa e infiel! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? Tráiganmelo”. Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: “¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?”. Les contestó: “Por su poca fe. Les aseguro que si fuera su fe como un grano de mostaza, le dirían a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada les sería imposible”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

¿Requiere asesoria? Activar chat

×