11 de Noviembre

“El que pretenda guardarse su vida la perderá”

(Lc 17, 33)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Se acerca el final del Tiempo Ordinario y del año litúrgico, por eso, las lecturas de estos días nos hablan en un lenguaje cifrado que nos remiten al final de los tiempos. Hoy Jesús contrapone los días de Noé y de Lot, con los días del Hijo del hombre para denotar el paso hacia una nueva generación, en la que pese a las dificultades o a las persecuciones del tiempo presente, no deben escatimarse esfuerzos para vivir el evangelio y abrir nuestra existencia por completo al servicio y la caridad hacia los más necesitados: El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará”. Pidamos al Señor en este día un corazón capaz de vivir el evangelio en toda su radicalidad, asumir sus implicaciones y dar paso a una sociedad más fraterna y humana.

 

Reflexionemos: ¿Vivimos nuestra existencia solo en función de nuestros propios intereses?, ¿cómo podemos abrirla a las necesidades de los demás?

 

Oremos: Enséñanos, Señor, a abrir cada vez más nuestra vida a las necesidades de los demás. A trascender nuestros egoísmos e intereses personales. Amén. 

 

Recordemos: Nuestra vida cobra sentido cuando aprendemos a compartirla con los demás.

 

Actuemos: Salgamos en este día al encuentro de las necesidades de alguna persona conocida que atraviese necesidad.

 

Profundicemos:

Dar la vida como los santos es ser capaces de compartir con sencillez y alegría lo más valioso que tenemos (Libro: Los santos de cada día).

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