11 de enero

“Todo el mundo te busca”

(Mc 1, 37)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Quizás muchas veces nos hemos preguntado cómo habrá sido un día ordinario en la vida de Jesús. Y el evangelio de este día nos puede ayudar a responder a ello al mostrarnos el dinamismo y la acción apostólica de Jesús. Dinamismo que tiene como base la fuerza de la oración y el encuentro vital con Dios: Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar”. Encuentro que da sentido a su entrega y a la huella que deja en la vida de los demás: “Recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios”. Pidamos al Señor en este día, la capacidad de hacer de la oración, nuestra fuente de vida y el referente principal de nuestras decisiones. Que como Jesús podamos hacer siempre de nuestras labores cotidianas un espacio para testimoniar nuestra fe y nuestra unión con Dios.

 

Reflexionemos: ¿Qué lugar damos a la oración en nuestra vida?, ¿cómo podemos vivir con mayor fe nuestras labores cotidianas?

 

Oremos: Ayúdanos, Señor, a hacer de la oración nuestro alimento principal. Que cada día, pese al número de ocupaciones que tengamos, siempre reservemos un espacio para encontrarnos contigo. Amén. 

 

Recordemos: La oración es el principal alimento para nuestra fe.

 

Actuemos: Aprovechemos esta jornada para encontrarnos a solas con Dios y revisar la manera cómo vivimos nuestra oración.

 

Profundicemos: La oración no solo nos une a Dios y a quienes nos rodean, sino que también da sentido a todo lo que hacemos (Libro: La oración. El respiro de la vida nueva).

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