10 de septiembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 Primera Lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel 33, 7-9

Esto dice el Señor: “A ti, hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte. Si yo digo al malvado: “Malvado, eres reo de muerte”, pero tú no hablas para advertir al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuentas de su sangre. Pero si tú adviertes al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 94, 1-2. 6-9

R. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: “No endurezcan su corazón”.

Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos / R.
Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, Creador nuestro. Porque Él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que Él guía / R.
Ojalá escuchen hoy su voz: “No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras” / R.

Segunda Lectura

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 13, 8-10

Hermanos: A nadie le deban nada, más que el amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley. De hecho, el “no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás”, y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio (Cf. 2 Co 5, 19)

Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20

“Si te hace caso, has salvado a tu hermano”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. En verdad les digo que todo lo que aten en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en los cielos. Les digo, además, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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