“Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano” (Lc 6, 42)
Muchas veces caemos en la tentación de criticar o juzgar precipitadamente a los demás por sus defectos o su manera de ser, sin antes reparar en los nuestros. Nos dejamos llevar por la hipocresía, nos cerramos en que solo lo nuestro es válido y nos negamos a reconocer aquello que los demás tienen para enseñarnos. Y es precisamente esta actitud, la que Jesús cuestiona abiertamente en el evangelio de este día, e invita tanto a sus discípulos como a nosotros hoy, a evitarla: “¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? Pidamos al Señor, en este día la gracia de aprender a mirar primero en nosotros mismos aquellas ideas, actitudes o comportamientos que juzgamos en los demás. Así mismo, la capacidad de acoger con paciencia sus defectos o su manera de ser, ser personas más abiertas y tolerantes para compartir con quienes piensan o actúan diferente a nosotros.
Reflexionemos:
¿Criticamos a los demás antes de mirarnos a nosotros mismos?, ¿cómo podemos ser personas más abiertas y tolerantes?
Oremos:
Perdónanos, Señor, por las veces en que criticamos precipitadamente a los demás y no nos damos la oportunidad de conocerlos. Ayúdanos a reconocer, que también nosotros nos equivocamos y necesitamos ser tratados con amor y misericordia. Amén.
Recordemos:
Antes de criticar los demás debemos juzgarnos a nosotros mismos.
Actuemos:
Pidamos perdón al Señor en este día por las veces en que hemos juzgado injustamente a los demás.
Profundicemos:
La mejor manera de amar aquello que somos y valorar aquello que los demás tienen para ofrecernos, es aprender a aceptarnos a nosotros mismos (Libro: Cómo puede ser feliz).