
En el evangelio del día Jesús nos invita a vivir con responsabilidad y amor hacia los demás, cuidando de no ser motivo de tropiezo para nadie, especialmente para los más frágiles en la fe. También nos llama a un perdón sin límites, que no nace de nuestras fuerzas, sino de la fe que nos permite amar como Él, porque si fuera por nosotros mismos seremos medidos en perdonar. Con la imagen del granito de mostaza, nos recuerda que una fe pequeña pero sincera tiene el poder de transformar nuestra vida y la de los demás. Este Evangelio es una llamada a crecer en confianza, perdón y compromiso con quienes nos rodean.
¿Estoy cuidando mis palabras y acciones para no ser motivo de tropiezo para otros?¿Confío en que, con una fe humilde, Dios puede obrar grandes cosas en mi vida?
Jesús Maestro, aumenta mi fe para vivir con confianza y amor. Dame un corazón dispuesto a perdonar siempre. Hazme instrumento de paz y misericordia para los demás. Una fe pequeña pero verdadera puede hacer grandes cosas en nuestra vida. Señor, ayúdame a cuidar de los demás con amor y respeto. Dame la gracia de perdonar y de confiar plenamente en tu poder. Amén.


