Sábado Santo
Es un día de luto, silencio y de espera vigilante. La Iglesia nos invita a acompañar a la Virgen María en su dolor y a contemplar junto a ella, el significado de la pasión y la muerte de Jesús en el sepulcro. En la noche celebramos la solemne Vigilia Pascual, en la que a la luz de los signos del fuego, el agua y la Palabra, reconocemos a Jesús como la luz del mundo que disipa las tinieblas de la muerte y nos abre a una vida nueva con su resurrección.
Siete Dolores de la Virgen María (Rosario)
“La Virgen Dolorosa, que lloró con el corazón traspasado la muerte de Jesús,
ahora se compadece del sufrimiento de los pobres crucificados y
de las criaturas de este mundo exterminadas por el poder humano”
(Papa Francisco)
Motivación: Unamos nuestro corazón en este Sábado Santo a la Virgen María meditando sus padecimientos y acompañándola en su piadosa soledad. Que a la luz de sus siete dolores, en este santo rosario, nosotros también podamos vivir con fe y esperanza nuestros sufrimientos y encontrar en su testimonio de confianza y serenidad, la fortaleza para continuar nuestro camino con resolución y esperanza.
Canto:
Dolorosa de pie junto a la cruz,
/ tú conoces nuestras penas, penas de un pueblo que sufre /
Dolor de los cuerpos que sufren enfermos,
el hambre de gentes que no tienen pan,
silencio de aquellos que callan por miedo,
la pena del triste que está en soledad.
Dolorosa, de pie junto a la cruz,
/ tú conoces nuestras penas, penas de un pueblo que sufre /
El drama del hombre que fue marginado,
tragedia de niños que ignoran reír,
la burda comedia de huecas promesas,
la farsa de muertos que deben vivir.
Dolorosa, de pie junto a la cruz,
/ tú conoces nuestras penas, penas de un pueblo que sufre /
Primer dolor: La profecía de Simeón.
“Este niño va a ser motivo de que muchos caigan o se levanten en Israel. Será signo de contradicción, y a ti misma, una espada te atravesará el corazón; así quedarán al descubierto las intenciones de todos” (Lc 2, 34-35).
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Segundo dolor: La persecución de Herodes y la huida a Egipto.
Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» José se levantó, tomó al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto, donde estuvieron hasta que murió Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo» (Mt 2, 13-15).
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Tercer dolor: La pérdida del niño Jesús en el Templo
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos, como era costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta (…) Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo: —Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Jesús les contestó: —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron lo que les decía (Lc 2, 41-50).
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Cuarto dolor: María encuentra a Jesús con la cruz a cuestas.
“En la subida al Calvario Jesús encuentra a su madre. Sus miradas se cruzan. Se comprenden. María sabe quién es su Hijo. Sabe de dónde viene. Sabe cuál es su misión. María sabe que es su madre; pero sabe también que ella es hija suya. Lo ve sufrir, por todos los hombres, de ayer, hoy y mañana. Y sufre también ella” (Papa Francisco)
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Quinto dolor: la crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa (Jn 19, 25-27)
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Sexto dolor: María recibe a Jesús en sus brazos cuando lo bajan de la cruz.
Como ése era día de preparación, es decir, víspera del sábado, y ya era tarde, José, natural de Arimatea y miembro importante de la Junta Suprema, el cual también esperaba el reino de Dios, se dirigió con decisión a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al capitán para preguntarle cuánto tiempo hacía de ello. Cuando el capitán lo hubo informado, Pilato entregó el cuerpo a José. Entonces José compró una sábana de lino, bajó el cuerpo y lo envolvió en ella. Luego lo puso en un sepulcro excavado en la roca, y tapó la entrada del sepulcro con una piedra. María Magdalena y María la madre de José, miraban dónde lo ponían. (Mc 15, 42-46)
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Séptimo dolor: La sepultura de Jesús
José y Nicodemo tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con vendas empapadas en aquel perfume, según la costumbre que siguen los judíos para enterrar a los muertos (Jn 19, 40)
María ve morir a su Hijo, Hijo de Dios y también suyo. Sabe que es inocente, y que ha cargado con el peso de nuestras miserias. La Madre ofrece al Hijo, el Hijo ofrece a la Madre. A Juan, a nosotros. (Papa Francisco)
Oración: Madre Dolorosa, ayúdanos a vivir nuestros sufrimientos con esperanza, fortaleza y confianza en Dios. Que como tú, podamos hacer de ellos, un medio para unir nuestra vida más a Dios y a los hermanos.
Padre Nuestro, 7 Ave Marías y gloria.
Oración final:
Hna. Mariluz Arboleda, fsp.