14 de agosto

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Deuteronomio 10, 12-22

Moisés habló al pueblo, diciendo: “Ahora, Israel, ¿qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que temas al Señor, tu Dios, que sigas sus caminos y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma, que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien. Cierto: del Señor son los cielos, hasta el último cielo, tierra y todo cuanto la habita; con todo, solo de sus padres se enamoró el Señor, los amó, y de su descendencia los escogió a ustedes entre todos los pueblos, como sucede hoy. Circunciden su corazón, no endurezcan su cerviz; que el Señor, su Dios, es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, fuerte y terrible; no es parcial ni acepta soborno, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero, dándole pan y vestido. Amarán al forastero, porque forasteros fueron en Egipto. Temerás al Señor, tu Dios, le servirás, te pegarás a Él, en su nombre jurarás. Él será tu alabanza, Él será tu Dios, pues Él hizo a tu favor las terribles hazañas que tus ojos han visto. Setenta eran tus padres cuando bajaron a Egipto, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 147, 12-15. 19-20

R. Glorifica al Señor, Jerusalén.

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión. Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti / R.

Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz / R.

Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos / R.

Aclamación antes del Evangelio (Cf. 2Ts 2, 14)

Dios nos llamó por medio del Evangelio, para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27

“Lo matarán, pero resucitará”. “Los hijos están exentos de impuestos”

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: “Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día”. Ellos se pusieron muy tristes. Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: “¿Su Maestro no paga las dos dracmas?”. Contestó: “Sí”. Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: “¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?”. Contestó: “A los extraños”. Jesús le dijo: “Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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