25 de septiembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Comienzo del libro de Esdras 1, 1-6

El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de Jeremías, movió a Ciro, rey de Persia, a proclamar de palabra y por escrito en todo su reino: “Ciro, rey de Persia, decreta: ‘El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Los que entre ustedes pertenezcan a ese pueblo, que su Dios los acompañe, y que suban a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén. Y a todos los supervivientes, dondequiera que residan, la gente del lugar proporcionará plata, oro, hacienda y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios de Jerusalén’”. Entonces, todos los que se sintieron movidos por Dios, cabezas de familia de Judá y Benjamín, sacerdotes y levitas, se pusieron en marcha y subieron a reedificar el templo de Jerusalén. Sus vecinos les proporcionaron de todo: plata, oro, hacienda, ganado y otros muchos regalos de las ofrendas voluntarias.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 125, 1-6.

R. El Señor ha estado grande con nosotros.

Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares / R.
Hasta los gentiles decían: “El Señor ha estado grande con ellos”. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres / R.
Recoge, Señor, a nuestros cautivos como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares / R.
Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas / R.

Aclamación antes del Evangelio (Mt 5, 16)

Alumbre así su luz a los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18

El candil se pone en el candelero
para que los que entran tengan luz”

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escuchan bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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