28 de septiembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Comienzo de la Profecía de Ageo 1, 1-8

El año segundo del rey Darío, el mes sexto, el día primero, vino la palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Josadak, sumo sacerdote: “Así dice el Señor de los ejércitos: Este pueblo anda diciendo: ‘Todavía no es tiempo de reconstruir el templo’”. La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo: “¿De modo que es tiempo de vivir en casas revestidas de madera, mientras el templo está en ruinas? Pues ahora dice el Señor de los ejércitos mediten su situación: sembraron mucho, y cosecharon poco, comieron sin saciarse, bebieron sin apagar la sed, se vistieron sin abrigarse, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota. Así dice el Señor: Mediten en su situación: suban al monte, traigan maderos, construyan el templo, para que pueda complacerme y mostrar mi gloria dice el Señor”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 149, 1-6a. 9b

R. El Señor ama a su pueblo.

Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey / R.
Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes / R.
Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles / R.

Aclamación antes del Evangelio (Jn 14, 6)

Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida –dice el Señor–; nadie va al Padre, sino por mí.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9

A Juan lo mandé decapitar yo.
¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía: “A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?”. Y tenía ganas de ver a Jesús.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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