18 de Junio

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura de la Segunda Carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 6-11

Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra abundantemente, abundantemente cosechará. Cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama ‘al que da con alegría’. Y Dios tiene poder para colmarlos de toda clase de dones, de modo que, teniendo lo suficiente siempre y en todo, les sobre para toda clase de obras buenas. Como está escrito: “Repartió abundantemente a los pobres, su justicia permanece eternamente”. El que proporciona “semilla al que siembra y pan para comer” proporcionará y multiplicará la semilla de ustedes y aumentará los frutos de su justicia. Siempre serán ricos para toda largueza, la cual, por medio de nosotros, suscitará acción de gracias a Dios.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 111, 1-4. 9

R. Dichoso quien teme al Señor.

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita / R.
En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad dura por siempre. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo / R.
Reparte limosna a los pobres; su caridad dura pos siempre y alzará la frente con dignidad / R.

Aclamación antes del Evangelio (Jn 14, 23)

“El que me ama guardará mi Palabra –dice el Señor–, y mi Padre lo amará, y vendremos a él”.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

“Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuiden de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad les digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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