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7 de Febrero

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura de la Carta a los Hebreos 13, 15-17. 20-21

Y dijo Dios: “Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo”. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: “Crezcan, multiplíquense, llenen las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra”. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. Y dijo Dios: “Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies”. Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra”. Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: “Crezcan, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra”. Y dijo Dios: “Miren, les entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla les servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento”. Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de todo el trabajo que Dios había hecho cuando creó. Esta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 8, 4-9

R. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por Él? / R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies / R.

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar que trazan sendas por el mar / R.

Aclamación antes del Evangelio (Sal 118, 36a. 29b)

Inclina mi corazón a tus preceptos, Señor, y dame la gracia de tu voluntad.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 7, 1-13

“Dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a la tradición de los hombres”

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?”. Él les contestó: “Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos’. Dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a la tradición de los hombres”. Y añadió: “Anulan el mandamiento de Dios por mantener su tradición. Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’ y ‘el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte’; en cambio, ustedes dicen: Si uno le dice a su padre o a su madre: ‘Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo’, ya no le permiten hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la Palabra de Dios con esa tradición que les trasmiten; y como estas hacen muchas”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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