31 de Octubre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Deuteronomio 6, 2-6

Cerca ya de la tierra prometida, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Respeta al Señor tu Dios, guardando, mientras vivas, todos sus mandatos y preceptos como yo te los doy; y que hagan lo mismo tus hijos y tus nietos, para que tengan larga vida. Escucha, Israel: guárdalos para que te vaya bien y te multipliques. Ya te lo había dicho el Señor Dios de tus padres: ‘Es una tierra que mana leche y miel’. Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios, solo el Señor. Por eso amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Los mandamientos que hoy te doy se grabarán en tu memoria”.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 17, 2-4. 47. 51ab

 

 R. El Señor es nuestro Dios, solo el Señor. 

Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador /R. 

Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos /R.  

Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido /R.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Segunda Lectura

Lectura de la Carta a los Hebreos 7, 23-28

 

Hermanos: en la antigua alianza unos sacerdotes sucedían a otros, porque la muerte les impedía permanecer en el cargo; pero como Jesús permanece por siempre, tiene un sacerdocio eterno. Así puede salvar definitivamente a los que por Él se acercan a Dios, pues está siempre vivo para interceder por ellos. Tal era el Sumo Sacerdote que nos convenía tener: santo, inocente, inmaculado, separado ya de los pecadores, y encumbrado por encima de los cielos; que no tuviera necesidad, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer cada día sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo. La Ley de Moisés, en efecto, ha hecho sumos sacerdotes a hombres sujetos a la debilidad, pero Dios con su juramento, posterior a la Ley, consagra a su Hijo, Sacerdote Sumo y consumado para siempre.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

 

Evangelio San Marcos 12, 28b-34

 

“Amarás al Señor, tu Dios”. “Amarás a tu prójimo”

 

Estando ya Jesús en Jerusalén, se le acercó un escriba y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”. Jesús respondió: “El primero es: ‘Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; por eso amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y todas tus fuerzas’. Y hay un segundo mandamiento, que es este: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. Por encima de estos no hay ningún otro mandamiento”. El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón en decir que el Señor es único y no hay otro fuera de Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. Jesús, viéndolo hablar tan sensatamente, le dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

 

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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