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29 de Abril

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 13, 13-25

Habiéndose embarcado en Pafos, Pablo y sus compañeros se dirigieron a Perge de Panfilia. Pero Juan Marcos se separó de ellos y regresó a Jerusalén. Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquía de Pisidia. Y el sábado fueron a la sinagoga y participaron en la reunión. Después de la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga mandaron a decirles: “Hermanos, si tienen algunas palabras de exhortación que dirigir al pueblo, pueden hacerlo”. Pablo, entonces, se puso de pie, hizo señas con la mano pidiendo silencio y dijo: “Israelitas y demás personas que temen a nuestro Dios, escúchenme: El Dios del pueblo de Israel escogió a nuestros antepasados; luego, cuando vivían como extranjeros en Egipto, los convirtió en una gran nación, y con la fuerza de su brazo los sacó de allá: por cerca de cuarenta años tuvo paciencia con ellos en el desierto, y después de haber aniquilado a siete naciones en el país de Canaán, les dio en posesión esa tierra por unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta que vino el profeta Samuel. Después pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. Pero Dios lo rechazó y les dio por rey a David, de quien hizo este elogio: ‘Encontré en David, hijo de Jesé, un hombre según los deseos de mi corazón: él ejecutará todos mis planes’. Y según lo prometió, de la descendencia de David le dio a Israel un salvador: a Jesús. Pero antes de la venida del Salvador, Juan hizo un llamamiento a todo el pueblo de Israel para que se bautizaran, en señal de conversión. Y cuando estaba para terminar su vida, decía: ‘Yo no soy lo que ustedes piensan. Sino que después de mí vendrá otro al cual no soy digno de desatarle las sandalias’”.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 88, 2-3. 21-22. 25. 27

 

 R.  Tuviste misericordia de David y su linaje por siempre.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades Pues dijiste: “Cimentado está por siempre mi amor, asentada más que el cielo mi lealtad” /R. 

“Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso” /R.  

“Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me invocará: ‘Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora’” /R.

 

 

Evangelio San Juan 13, 16-20

 

“El que recibe al que yo envío me recibe a mí”

 

En la última cena, después de lavar los pies a sus discípulos, les dijo Jesús: “Les aseguro que no es el siervo más que su amo, ni el mensajero es más que el que lo envía. Sabiendo estas cosas, serán felices si las ponen en práctica. Yo no hablo de todos ustedes: yo conozco a los que escogí. Pero es necesario que se cumpla lo que dice la Escritura: ‘Uno que compartía mi pan fue el primero en traicionarme’. Se los digo desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda crean y comprendan quién soy yo. Se los aseguro: El que recibe al que yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me envió”.

 

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

 

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