“El Padre vive en mí y yo vivo en el Padre” (Jn 10, 38)
Jesús se encuentra en Jerusalén en los días previos a su pasión y crece la hostilidad de los judíos hacia su mensaje, en gran medida, por declararse a sí mismo hijo de Dios: “No vamos a apedrearte por ninguna obra buena, sino porque has dicho una blasfemia, pues siendo hombre te haces Dios”. Jesús refuta dichas acusaciones mostrando que su poder radica en las obras que él Padre le confió: “Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero como las hago, si no me creen a mí, crean a las obras”. Sin embargo, los judíos no acogen sus palabras y empiezan a perseguirlo. Jesús huye al otro lado del Jordán donde muchos seguidores del Bautista acogen sus enseñanzas. Tal vez, como los judíos, a nosotros hoy nos cuesta reconocer en las enseñanzas y las acciones de Jesús la presencia de Dios. Quizás porque dentro de nuestra experiencia de fe, hemos recibido la imagen de un Dios distante de nuestras necesidades, un Dios que nos juzga desde el cielo por el mal que hacemos. Sin embargo, Jesús nos revela todo lo contrario, la imagen de un Dios que es ante todo Padre y que con su misericordia nos invita a vivir en comunión con él como hijos muy amados. Pidamos al Señor, que nos ayude a transformar las imágenes negativas que tenemos de Dios y a reconocer en sus enseñanzas el camino verdadero que nos lleva al Padre.
Actitud: Acogida.
Reflexionemos:
¿Cómo acogemos las enseñanzas de Jesús en nuestra vida?, ¿reconocemos en Jesús la presencia de Dios?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a reconocer que tú eres el camino que nos lleva al Padre. Que gracias a tus acciones y enseñanzas podemos experimentar que Dios es ante todo un Padre misericordioso y solidario con nuestras necesidades. Amén.
Recordemos:
Jesús con su vida nos revela al Padre.
Actuemos:
Pensemos en este día qué rasgos del Padre hemos podido conocer durante este tiempo de Cuaresma gracias a las enseñanzas de Jesús.
Profundicemos:
Jesús con su amor nos revela al Padre y nos muestra el camino para encontrarnos con él y llevar a la vida de cada día sus enseñanzas (Libro: Seguir a Jesús sin volverte un marciano).