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26 de Julio

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura del libro del Éxodo 32, 15-24. 30-34

En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la escritura era escritura de Dios, grabada en las tablas. Al oír Josué el griterío del pueblo, dijo a Moisés: “Se oyen gritos de guerra en el campamento”. Contestó él: “No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo”. Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte. Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas. Moisés dijo a Aarón: “¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme pecado?”. Contestó Aarón: “No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: ‘Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado’. Yo les dije: ‘Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé’; yo lo eché al fuego, y salió este becerro”. Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo: “Han cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar su pecado”. Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: “Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro”. El Señor respondió: “Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado”.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 105, 19-23

 

 R.  Den gracias al Señor porque es bueno.

En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba /R. 

Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo /R.  

Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a Él, para apartar su cólera del exterminio /R.

 

 

Evangelio San Mateo 13, 31-35

 

“El grano de mostaza se hace un arbusto, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas»

 

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: “El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas”. Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente”. Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: “Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo”.

 

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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