22 de Septiembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura del libro de Esdras 9, 5-9

Yo, Esdras, al llegar la hora de la oblación de la tarde, acabé mi penitencia y, con el vestido y el manto rasgados, me arrodillé y alcé las manos al Señor, mi Dios, diciendo: “Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza, y nuestra culpa llega al cielo. Desde los tiempos de nuestros padres hasta hoy hemos sido reos de grandes culpas y, por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes y sacerdotes hemos sido entregados a reyes extranjeros, a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia, que es la situación actual. Pero ahora el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido un momento de gracia, dejándonos un resto y una estaca en su lugar santo, dando luz a nuestros ojos y concediéndonos respiro en nuestra esclavitud. Porque éramos esclavos, pero nuestro Dios no nos abandonó en nuestra esclavitud; nos granjeó el favor de los reyes de Persia, nos dio respiro para levantar el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos dio una tapia en Judá y Jerusalén”.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial Tb 13, 2-4. 6.

 

 R. Bendito sea Dios, que vive eternamente.

Él azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él, y no hay quien escape de su mano /R. 

Denle gracias, israelitas, ante los gentiles, porque Él nos dispersó entre ellos. Proclamen allí su grandeza, ensálcenlo ante todos los vivientes: que Él es nuestro Dios y Señor, nuestro padre por todos los siglos /R.  

Verán lo que hará con ustedes, le darán gracias a boca llena, bendecirán al Señor de la justicia y ensalzarán al rey de los siglos /R.

Yo le doy gracias en mi cautiverio, anuncio su grandeza y su poder a un pueblo pecador /R.

Conviértanse, pecadores, obren rectamente en su presencia: quizás les mostrará benevolencia y tendrá compasión /R.

 

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Evangelio San Lucas 9, 1-6

 

Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos

 

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles: “No lleven nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco lleven túnica de repuesto. Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si alguien no los recibe, al salir de aquel pueblo sacúdanse el polvo de los pies, para probar su culpa”. Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando el evangelio y curando en todas partes.

 

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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